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Leslee Udwin, autora de un documental sobre violación censurado en India, ve en la educación la clave contra los abusos sexuales
Leslee Udwin, autora de un documental sobre violación censurado en India, ve en la educación la clave contra los abusos sexuales
Lo comprendió todo cuando entrevistó a
los violadores: “No son monstruos, están programados”. La cineasta y educadora
británica Leslee Udwin estrenó
en 2015 el documental sobre una violación múltiple que
conmocionó al mundo y sacó a la calle a miles de personas en India. Una
estudiante de Fisioterapia de 23 años, Jyoti Singh, fue violada por cinco
hombres en un autobús público que siguió en marcha por las calles de Delhi
mientras la agredían. Uno de ellos le arrancó los intestinos. Murió en un hospital días después.
Por el
documental India’s Daughter (La hija de India) —en el que hablan los padres de la
víctima, familias de los condenados, abogados, responsables policiales y
judiciales y uno de los condenados— Udwin recibió múltiples premios: el Peabody Award
estadounidense, o el Anna Lindh de Derechos Humanos en el Parlamento sueco. Fue
elegida por los lectores de The New York Times como
la segunda mujer más impactante del año en 2015, solo por detrás de Hillary
Clinton. Y recibió el apoyo de divos de Hollywood como Meryl Streep o Sean
Penn. Para ella resultó una epifanía constatar que aquellos condenados de por
vida no eran los salvajes que esperaba encontrar. Y dejó de rodar películas.
Cambió la carrera cinematográfica por otra en la que vuelca toda la pasión que
desprende al hablar: la educación.
“¿Por qué demonios nos sorprenden casos
como el de Weinstein?”, se pregunta esta activista de los derechos humanos
sobre el escándalo de abusos sexuales más sonoro de los últimos meses. El todopoderoso
productor de Hollywood Harvey Weinstein ha sido acusado de
acoso y violaciones por decenas de mujeres. “Una de cada cinco mujeres en el
mundo ha sido violada, una de cada tres ha sufrido abusos, así que hay razones
para pensar que uno de cada tres hombres los comete. El mundo entero está lleno
de depredadores sexuales y el más infame es ahora presidente de los Estados
Unidos, a quien hemos oído todos decir: ‘Cuando eres una estrella, te dejan
hacerles cualquier cosa. Agarrarlas por el coño”, explica Udwin. La cineasta
está al tanto e indignada por el juicio al que se enfrentan en España los cinco
hombres acusados de una violación múltiple a una joven de 19 años en los sanfermines, conocidos como La Manada. “No es raro que se
intente culpar a la víctima, es una constante en todo el mundo. La mayoría de
las mujeres no denuncia porque sabe que llegar al juicio es casi peor que la
violación. Se convierte en una conspiración para acusarlas a ellas”.
Udwin, nacida en 1957 en Sayvon
(Israel) y con nacionalidad británica e israelí, critica la “hipocresía”
de cancelar a Kevin Spacey de una película tras
conocerse las denuncias contra él de un actor por sus abusos sexuales que luego
ampliaron miembros masculinos del equipo de rodaje de House of Cards. “¿Quién cree que eso va a cambiar nada?
Es solo un espejismo. Spacey ha sido acusado pero no juzgado aún. Y, mientras,
Donald Trump sigue impune en el trabajo más poderoso del mundo”.
También considera que
campañas como la de #MeToo (Yo También), por la que miles de mujeres han
denunciado en las redes sociales que han sido víctimas de agresiones sexuales,
“aumentan el desgaste” y son “pasajeras”. “No estoy diciendo que sea una
pérdida de tiempo. Ayuda individualmente a quienes sufren por esto, solo que
está sobrevalorado. Se considera una solución y no lo es”, explica en el centro
de convenciones de Doha (Qatar) donde esta semana se ha celebrado el congreso
de innovación educativa WISE, del que Udwin fue ponente y al que fue invitado
EL PAÍS. “No necesitamos ser persuadidos de que las mujeres sufren abusos, son
insultadas, están peor pagadas o infrarrepresentadas en las instituciones. No
es un hecho nuevo”.
En
su documental, cuya proyección sigue prohibida en India,
aparecen reflejadas también las manifestaciones multitudinarias que comenzaron al día siguiente de la violación, en
diciembre de 2012. Cientos de miles de personas por las calles enfrentándose a
la policía y reclamando justicia y libertad. “Yo también pensé entonces que era
el comienzo del cambio, nunca había visto tanta pasión. Pero quedó en nada.
Hablamos de un problema endémico, está en las mentes y en la cultura”.
Tras largas conversaciones con los
condenados (de los que solo uno habla en la película), cambió su forma de
entender el mundo: “Si de verdad quieres hacer algo, hay que centrarse en la
educación”. Comprendió, como ella misma explica, que los violadores no eran
monstruos. “Alguien que arranca los intestinos a otro ser humano debería serlo,
pero me senté con ellos y dos en particular parecían sensibles sobre distintos
asuntos. Uno hasta lloró porque no iba a poder continuar sus estudios
universitarios”. En India, las familias celebran el nacimiento de un hijo, no
de una hija. Se considera inapropiado que una mujer salga de noche sin su
marido o su familia, como señalan el conductor del autobús (también condenado)
y uno de los abogados en el filme: “Si dejas un diamante en la calle es
inevitable que un perro se lo lleve”.
“Creemos que la violencia es el
problema, pero en realidad es el síntoma. ¿Quién debería haber enseñado a esos
hombres que su víctima tenía todo el derecho del mundo a salir a ver una
película esa noche con un amigo? ¿La familia? ¿La ley? ¿La cultura? La escuela
es la responsable, la que debe educar a un niño y prepararle para la vida”,
reflexiona.
Tras el documental, fundó Think Equal (Pensar
igual), una organización con la que persigue implantar un
currículo en educación infantil para combatir la discriminación con un plan
sistemático a lo largo del curso, que ha recibido el apoyo de pensadores
educativos como Ken Robinson o de las escuelas Montessori: “Mandela decía que
la educación es el arma más poderosa que tenemos para cambiar el mundo. Decía
que ningún ser humano nace odiando a otro. Al niño se le educa en el odio, por
lo que también puede ser educado en el amor”.
El programa que Udwin promueve de
aprendizaje social y emocional (Think Equal) incluye una planificación
sistemática en la escuela. “Los niños necesitan que les enseñen estas cosas
igual que las matemáticas, no las aprenden de forma natural”. Con un equipo de
25 personas, la organización ha desarrollado un currículo de 280 páginas y 140
lecciones a partir de tres años de edad, que prevé cuatro clases por semana (de
media hora cada una) y 36 libros de cuentos (uno por semana de clase). Son
gratuitos para las escuelas que los quieran implantar. “Solo pedimos a cambio
que lo sigan de forma seria y sistemática”, explica la cineasta. Este curso ha
comenzado la implantación de un programa piloto con unos 4.000 alumnos de tres
años en una veintena de centros de siete países. El único de habla hispana que
se ha interesado hasta ahora es Argentina. Los primeros resultados están siendo
evaluados por la Universidad de Yale.
El problema está en que se intenta que las mujeres se cuiden de ser violadas en vez de enseñar a los hombres a no violar. Ciertos valores se supone que tienen que ser inculcados en casa, pero debido a que cada familia tiene sus creencias y no todas respetan los valores sociales y cívicos, estas cosas hay que enseñarlas también en la escuela. De nada sirve ser un gran trabajador si como persona se es nefasto.
ResponderEliminarEsto es algo tan antiguo como la humanidad, desgraciadamente sigue pasando y no se le pone remedio, esta claro que la educación es esencial para llegar a que los seres humanos nos respetemos los unos a los otros, pero luego las personas se "colocan" y es la disculpa perfecta para dar rienda suelta al lado oscuro que todos tenemos.
ResponderEliminarCreo que el germen lo llevamos todos dentro y es tarea de cada uno no permitir que afloren comportamientos tan denigrantes como violaciones , asesinatos, maltrato...Para terminar y aunque puede sonar un poco de "flipao de la vida", La defensa personal debería de ser una asignatura obligatoria en las escuelas.
También creo que no se le puede echar la culpa a un estamento solo, creo que estamos fallando todos , desde la educación, cuerpos de seguridad del estado , medios de comunicación nadie nos libramos las cosas están pasando y no se pone ningún remedio , de que sirve denunciar a un maltratador , si lo único que se consigue es una orden de alejamiento, la siguiente noticia es que han asesinado a otra mujer , no hemos hecho nada, El espectáculo denigrante que están dando jueces y medios de comunicación en el triste caso de la violación de esta chica en San Fermines.
ResponderEliminarTodavía ira ella presa por ir provocando,Sinceramente no se donde esta la solución pero algo esta fallando.