Formación a través de la observación: ¿qué os parece la iniciativa?
¿Por qué no en Asturias?
Educación ultima un plan de movilidad para que los profesores que lo deseen visiten como "observadores" escuelas que destacan en algún proyecto y puedan luego exportar la metodología a su centro.
Daniel Cela14/11/2017
La Consejería
de Educación de Andalucía está ultimando un proyecto piloto de
formación del profesorado, que permitirá a los docentes disfrutar de
estancias de tres días de aprendizaje en un colegio distinto al suyo. El
Gobierno andaluz pretende que las escuelas con mejores resultados, las que
aplican una metodología más innovadora o las que se han especializado en algún
plan educativo concreto sirvan como centros de orientación y formación a
profesores de otros colegios. Hasta ahora esto se hacía reclutando a los
docentes de esas escuelas seleccionadas y enviándoles a los CEP (Centros del
Profesorado) a impartir cursos específicos para sus compañeros. El problema era
la paradoja: la formación continua de los maestros adoptaba un formato
monótono: profesores que enseñaban a profesores usando clases magistrales,
transparencias, powerpoint…
La
nueva consejera de Educación, Sonia Gaya, buscaba un formato más dinámico, más
práctico que teórico. Una fórmula similar al que usan los colegios e institutos
donde hacen sus primeras prácticas los alumnos de Ciencias de la Educación y
los profesores noveles: aprender enseñando. Gaya encontró el modelo que buscaba
en el sistema educativo de Aragón y, con algunas variaciones, tratará de
importarlo a la escuela andaluza a mediados del presente curso.
El plan permitirá
que el docente de un colegio realice estancias de “al menos tres días” en otra
escuela para conocer de primera mano cómo trabajan sus compañeros y
cuáles de sus ideas y métodos son exportables a su centro. La Consejería de
Educación quiere tutelar esos permisos, para que los profesores visitantes
acudan a colegios situados en barrios con un índice socioeconómico y cultural
similar a su propia escuela. Se trata de que las metodologías sean
exportables. “De nada sirve enviar a un docente a un instituto que destaca
por un programa brillante en bilingüismo, si los déficit de su alumnado están
en Matemáticas y Lengua”, explican desde la Consejería.
Para
poner esto en marcha, Educación tiene que articular un reglamento que permita a
la escuela visitante prescindir de uno de sus profesores durante tres días -sus
compañeros tendrían cubrir su horario lectivo y garantizar el seguimiento de
sus alumnos-. Además tendría que autorizar a la escuela receptora para meter a
docentes foráneos dentro de sus aulas mientras los docentes nativos imparten
sus clases. “En la actualidad el profesor de un colegio no puede entrar en el
aula de otro maestro así como así”, advierten desde la consejería.
En teoría, el
docente que visite el aula de un compañero sólo lo hará en calidad de
“observador”, no podrá interactuar con el alumnado, pero la experiencia le
ayudará a actualizar sus conocimientos científicos y pedagógicos, mejorar sus
habilidades metodológicas y conocer de primera mano los recursos y proyectos
que desarrollan otros centros educativos para afrontar problemas similares al
suyo. En el modelo aragonés las estancias se realizan en dos
periodos de tiempos distintos, tres días un mes, y otros tres días el
siguiente, para así evaluar diferentes ritmos del curso. Los docentes
observadores conocerán el trabajo dentro del aula y la organización interna del
centro, y tras la estancia, tendrán que realizar una memoria sobre la
experiencia y plantear una propuesta para desarrollarla en su propio colegio.
Aparentemente
el proyecto es sencillo, pero hay que normativizarlo. En Aragón lo han hecho a
través de una resolución dictada por la dirección general de Formación del
Profesorado de la consejería, no ha sido necesaria una norma de rango superior
(como una orden o un decreto). De momento, Gaya baraja ponerlo en marcha este
curso como proyecto piloto, y en caso de que sea bien recibido por el
profesorado andaluz, se planteará una planificación más ambiciosa de cara al
año que viene. En Andalucía cuentan, además, con una ventaja normativa que
puede facilizar su implantación: los ROC o Reglamentos Orgánicos de Centros de
Secundaria, un marco legal que dota a las escuelas andaluzas de un alto grado
de autonomía pedagógica y organizativa.
La
participación en el proyecto será voluntaria tanto para los profesores
visitantes como para las escuelas receptoras. Una vez se generalice su
implantación, ambos tendrán que inscribirse en una convocatoria pública, que
saldría en el mes de marzo. Habrá una comisión que evalúe las solicitudes y las
autorice. En el caso de los centros, estos ofertarán formación en programas o
asignaturas concretas: buenas prácticas en convivencia escolar, integración del
alumnado inmigrante, competencias básicas en Matemáticas y Lengua… La
Consejería de Educación también estudia ofrecer a los participantes algún
incentivo administrativo, como el certificado de 15 horas de formación, que
luego les dará puntos para la bolsa.
Aragón ha puesto
en marcha este año el programa experimental de formación docente llamado Mira y
actúa, que se ha estrenado con 16 escuelas seleccionadas entre las 57 que se
ofrecieron para ser “observados”. La Consejería de Educación aragonesa ha
elegido centros de diferentes etapas obligatorias: Infantil y Primaria,
Secundaria, bilingües, de Educación Especial, Escuelas de Arte y colegios
rurales. El planteamiento de Andalucía es el mismo: explotar el efecto
multiplicador y difundir las buenas prácticas educativas que se están
desarrollando en los centros que serán observados, para generalizar su ejemplo
y mejorar la calidad del sistema escolar andaluz. El handicap aquí
son las enormes dimensiones de dicho sistema, que prácticamente quintuplican al
aragonés: más de 98.000 profesores y 1,8 millones de alumnos.
En mi opinión, me parece una buena iniciativa para aprender de otras personas, para crear nuevas redes entre los centros educativos y para mí lo más importante. Para que entre todas las personas sigamos innovando y aprendiendo de los errores, para mejorar poco a poco.
ResponderEliminarObservando, y conociendo más realidades que la que cada persona vive, es un aporte positivo y recíproco.
En mi opinión, desde el momento en el que elegimos formarnos como docentes, estamos inevitablemente "obligados y obligadas" por nuestra profesión a no dejar de aprender nunca. Al igual que el mundo cambia, la educación y la sociedad tienen que cambiar también, de ahí que una de nuestras funciones sea innovar y mejorar día tras día.
Por ello, me parece una iniciativa estupenda, pero que se le tiene que sacar partido. Exprimir ese recurso, con el que no contábamos y aprovecharnos de las experiencias, vivencias y metodologías que otras personas han puesto en marcha.
Dicha propuesta me parece muy interesante y muy útil en el ámbito de la docencia. Al fin y al cabo, de lo que se trata la profesión de un maestro es de ser capaz de transmitir y enseñar conocimientos a los niños y niñas, de un modo en el que ellos logren entenderlo, y para ello, es necesario que la educación se modernice, respondiendo a los continuos cambios que tienen lugar en nuestra sociedad.
ResponderEliminarDe esta manera, considero que es muy oportuno concerder la posibilidad a los maestros de incorporarse al menos tres dias en un centro de los que obtienen mejores resultados, ya que utilizan una metodología más innovadora, y está comprobado en los resultados que dicha metodología resulta muy eficaz.Por lo tanto, los maestros que acudan a dichos centros y observen el modo de impartir las clases, el material utilizado,etc, podrán trasladarlo a sus propios centros para comenzar a ponerlo en práctica.
Estoy de acuerdo con mis compañeras, observar las cosas que funcionan en otros centros para poder después aplicarlas en tu día a día me parece muy buena idea.
ResponderEliminarA mi me parecería muy interesante poder hacer esto a nivel internacional, poder ver como se trabaja en los distintos países aprender de las personas y a la vez poder aportar mi granito de arena.Tener un profesor de ingles canadiense, o uno de música cubano, yo poder dar lengua Española en china, seria una autentica pasada y lograríamos enriquecer a nuestro alumnado y a nosotros mismos.