Antes de comenzar, Josetxu precisó que en las autoevaluaciones
de grupo, que debemos realizar una vez hayamos expuesto en clase nuestro
trabajo, debemos cuidar el lenguaje que utilizamos puesto que ha encontrado
expresiones muy informales, por ejemplo
es más conveniente emplear el término «reunión» en lugar de «quedada».
A continuación comenzó la exposición del grupo encargado del
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), formado por: Vanesa
Carvallo, Carmen Díaz, Andrea Díaz y Jorge Argüelles.
Para empezar, desgranaron las diferencias entre síndrome,
enfermedad y trastorno. La enfermedad es una alteración del estado de la
salud, conlleva poseer unas causas reconocibles, es decir, un grupo
identificado de síntomas. Respecto
al síndrome, se desconoce el
origen de los síntomas que manifiestan; entre
los más conocidos se encuentran el síndrome de Estocolmo que podemos definir
como una serie de consecuencias psicológicas derivadas de una exposición
prolongada a una reclusión intencionada por un tercero, que produce el desarrollo
de un vínculo afectivo con el mismo, o el síndrome de Down que es una
alteración genética, en concreto una trisomía en el par 21 de nuestro código
genético, la cual no se tiene certeza de qué la origina. Por último, tenemos el
trastorno que implica un conjunto de
síntomas o comportamientos que se encuentran asociados a unas patologías
determinadas.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) define salud como «un
estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la
ausencia de afecciones o enfermedades». Esta definición fue establecida en
1946, año en que la organización firma su Constitución,
aunque no entró en vigor hasta el 7 de abril de 1948, fecha de puesta en marcha
definitiva de la OMS. Es por esta razón que el 7 de abril se ha fijado como el Día
Mundial de la Salud.
El TDAH es un trastorno de origen neurobiológico que ve su
comienzo en la infancia y se caracteriza por: hiperactividad, impulsividad y
problemas de atención. Estos síntomas no tienen que manifestarse en todos los
casos, el DSM (Manual Estadístico y de Diagnóstico de los Trastornos Mentales)
categoriza en tres grupos el TDAH según los síntomas que se presentan:
predominante inatento, predominante hiperactivo impulsivo y combinado.
En esta diapositiva, la número 5 de la presentación, aparece el
nombre de una doctora, Carmen Moreno, Josetxu señaló entonces que debíamos
evitar proporcionar nombres de especialistas que no eran relevantes.
Después se expusieron diversas estadísticas, diapositiva 6,
sobre el TDAH y Josetxu intervino para aclarar que existe mucha gente que
cuestiona su existencia y resulta importante comenzar por esta cuestión, que se
trató posteriormente, antes de indicar todos estos datos.
Josetxu realizó un inciso aquí para preguntar a la clase si
alguno conocíamos a personas diagnosticadas con este trastorno, lo que propició
que algunos compañeros relataran sus experiencias. Vanesa, una de las
integrantes del grupo de la exposición, comentó que había tenido en primaria un
compañero muy nervioso que no se portaba bien y que posteriormente fue
medicado. Olatz compartió aula con otro al que solían separar del resto porque
no estaba quieto. Álvaro indicó que, en su caso, el chico fue diagnosticado muy
tarde y que incluso llegó a fugarse de casa. E Inés contó que su primo, que
está en etapa primaria, fue diagnosticado por un psicólogo de un centro de
salud.
Siguiendo con la presentación llegamos a la historia del TDAH. Existen
unos escritos, que datan de 1798, pertenecientes a una investigación sobre la
naturaleza y origen de la enajenación mental de un médico escocés, Sir
Alexander Alexander Crichton, que ya apuntan sobre la incapacidad de
determinadas personas para atender con constancia. En cuanto al DSM, la primera
aparición de este trastorno tiene lugar en 1968, gracias a Leon Eisenberg que
fue quien lo introdujo en el manual.
Josetxu lanzó otra pregunta: «¿Existe el gen del TDAH?». La
respuesta no es sencilla, se cree que puede existir pero realmente no se tiene
ninguna certeza de ello. Vanesa puso entonces en cuestión esa afirmación del
gen del TDAH ya que entonces también podría llegar a afirmarse la existencia de
un gen de la homosexualidad. A este respecto, Josetxu nos reveló que la propia
OMS ha negado la existencia de un gen que desarrolle esta orientación sexual,
sin embargo, la organización no se ha pronunciado sobre el trastorno que nos
ocupa.
Continuando con lo relatado anteriormente sobre la historia del
trastorno, podemos decir que Leon Eisenberg, psiquiatra estadounidense, fue el
descubridor del trastorno por déficit de atención aunque antes de fallecer, en
2009, llegó a afirmar que se lo había inventado, lo cual, como ya había
apuntado Josetxu, hizo que se cuestionase su existencia.
Para tratar este trastorno, en la década de los 60, probó
ciertos fármacos con el fin de tratar esa falta de atención, entre ellos
dextroanfetamina y metilfenidato. El último, un psicoestimulante muy
relacionado con el éxtasis, consiguió paliar esas características y se
estableció por tanto como uno de los tratamientos principales.
Eisenberg calificó el TDAH como una enfermedad genética, esto
produjo que los padres se sintieran culpables por las condiciones de sus hijos
e hijas y comprasen los fármacos, disparando las ventas. Como se ha mencionado,
el propio Eisenberg reconoció que era un engaño y que para llegar a las causas
de esas características asociadas al trastorno realmente se debían buscar
razones psicosociales, algo que conlleva una gran inversión de tiempo y estudio
pero resulta mucho más sencillo dar simplemente una pastilla, además de ser más
beneficioso para las farmacéuticas. De hecho, entre los 170 miembros que
conforman el grupo de trabajo del DSM, 95 tienen relaciones financieras con
empresas de ese sector farmacéutico.
Seguimos ahora la presentación haciendo una comparación de este
trastorno en diversos puntos de nuestro planeta. Por un lado encontramos
Estados Unidos, un 9% de los escolares son diagnosticados y tratados con los
fármacos anteriormente descritos. En Francia el porcentaje baja hasta el 0,5%,
los psiquiatras franceses optan por un tratamiento basado en psicoterapia o
terapia familiar, además consideran la posibilidad de que existan causas
nutricionales, algo que no tienen en consideración los estadounidenses, ya que
han observado que los síntomas se agravan después de las comidas. En Holanda,
próximo vecino de Francia, un tercio de todos los niños y niñas del país son
tratados con fármacos, aunque sólo un 14% de ellos han recibido ese
diagnóstico. En España se introduce el trastorno con la LOMCE, en 2013, Josetxu
indicó que no se había planteado esto por ninguna entidad o partido, es decir
no se había ejercido presión por la introducción del TDAH, con lo cual
cuestiona la razón de su implantación, incluso señalando que podría haber sido
producto del interés de empresas farmacéuticas. Por último, cabe destacar que
los países nórdicos no se ven afectados por el TDAH.
A continuación, el grupo introdujo la figura de Iñaki Redín,
autor del libro Educar sin drogas,
cuyo hijo se ha visto afectado por este trastorno. Iñaki denuncia el uso del
metilfenidato como tratamiento ya que no tiene sentido proporcionar una droga excitante
a una persona que ya está excitada per se.
En este punto saltamos hasta a diapositiva número 22 en la que
se habla precisamente de si es adecuado o no el uso de medicación. Este
trastorno es el más diagnosticado en la infancia y, como ya se ha dejado ver,
el tratamiento más utilizado es el farmacológico. Los fármacos aunque mejoren
los síntomas también llevan aparejados una serie de efectos secundarios,
perjudicando el desarrollo. Además si el tratamiento es prolongado esos efectos
se agravan considerablemente pudiendo incluso llegar a la adicción. Además, es
importante añadir que el 30% no responde realmente a la medicación. Actualmente
se están investigando otras posibles formas combinadas de tratamiento como el
familiar o la terapia cognitivo conductual.
NEPSA, un centro de rehabilitación neurológica, ha puesto en
marcha el tratamiento Neurofeedback que pretende analizar la actividad
electroencefalográfica e introducir cambios en ella, mejorando así los síntomas
físicos y mentales.
Después nos mostraron las principales claves de una entrevista
a Marino Pérez, catedrático de psicología la Universidad de Oviedo. Él afirma
que no existe base clínica para el TDAH, lo cual no significa que no existan
niños y niñas que muestren mucha curiosidad e interés por determinadas cosas,
desatendiendo así a otras. Además indica que esas conductas tan características
que se asocian al TDAH no son más que rasgos propios de la infancia, y que el
tratamiento con fármacos lo único que hace es perjudicar su desarrollo. Josetxu
intervino aquí para recomendarnos leer el libro de Marino Pérez, junto con
otros colaboradores, Volviendo a la
normalidad: La invención del TDAH y del trastorno bipolar infantil.
Como contrapunto a Marino, el grupo nos presentó a Celestino
Rodríguez, vicedecano de la facultad de Formación del Profesorado y Educación, quien
defiende la existencia de problemas de atención que afectan al desarrollo.
Defiende, igualmente, el uso de medicación cuando los niveles de TDAH son
elevados, Josetxu puso en cuestión todas las pruebas o tests mediante los
cuales se puede medir la desatención, ya que en realidad ese rasgo es muy
intermitente, con lo cual no parece susceptible de ser medido. Celestino
Rodríguez realizó un estudio con los presos de Villabona, observando que un
gran porcentaje de los mismos presentaba síntomas parecidos a los del
trastorno, con lo cual concluyó era necesaria una detección precoz del TDAH con
el fin de evitar futuras conductas delictivas. Del mismo modo, en otra
investigación comprobó la existencia de diferencias en el comportamiento
cerebral entre las personas diagnosticadas con el trastorno y aquellas que no
lo poseían. No obstante, Celestino apunta que el tratamiento psicoeducativo es
preferible al farmacológico, asimismo ofrece una serie de consejos para
docentes (diapositiva 26).
Encabezamos la recta final de la presentación con algunas
técnicas de modificación de conducta, diapositiva 15, que resultan útiles para incrementar
las conductas deseables sobre todo enfocadas a padres. Para resumir, podríamos
decir que la clave reside en una atención positiva, es decir, alabar siempre
los comportamientos positivos y no prestar sólo atención a los negativos, que
es lo que suele hacerse. En estas técnicas la mejoría no es estable, por eso
los padres suelen abandonar con frecuencia estas prácticas, cuando en realidad
lo que sucede es que es necesario prolongarlas en el tiempo para que sean
efectivas; Josetxu manifestó aquí que más bien es que deberían haberse
comenzado a realizar de manera más temprana.
Continuamos con la técnica de la tortuga, muy utilizada
actualmente en educación infantil y primer ciclo de primaria, que pretende
fomentar el autocontrol cuando se presentan conductas violentas, es decir,
actuar antes de que se produzca la rabieta proporcionando medios para canalizar
su propia ira, controlar la agresividad, analizar la situación y responder de
manera controlada. Para ejemplificar la diapositiva 16, Olatz y Dani se
ofrecieron voluntarios para realizar una demostración. Así pues, se sentaron el
suelo adquiriendo la postura que se muestra en el dibujo para después tensar
todos los músculos y luego relajarlos; se debe repetir este proceso las veces
necesarias hasta que la persona se sienta calmada. Esta técnica de la tortuga
se realiza en diversas fases, durante la primera se debe enseñar a que
respondan al término tortuga, es decir, ante un comportamiento impulsivo o
agresivo deben esconderse en su caparazón, por ejemplo protegiéndose con sus
brazos, para ello es común que se les relate el Cuento de la Tortuga para que
puedan identificarse con el personaje. Posteriormente, se les enseña a adquirir
la postura ejemplificada para conseguir relajarse. El siguiente paso es
generalizar y contextualizar la técnica, esto es, indicarles las situaciones en
las que debe emplearse. Y, por último, se les ofrecen estrategias de resolución
de conflictos.
La última técnica propuesta, diapositiva 18, pretende hacer
reflexionar para lograr identificar los diferentes escenarios que producen
malestar y reconocer los sentimientos para ser capaces de controlarlos. Esto se
puede realizar a través de un panel de las emociones, diapositiva 20, a través
del cual cada día sitúan su fotografía o nombre en la emoción que creen que se
corresponde con lo que están sintiendo en ese momento. Después de explicar los
conceptos básicos del autocontrol, se pasa al visionado del vídeo del pato
Donald que refleja una manera de afrontar esas situaciones que producen
molestia o, incluso, irritación. Una vez hecho esto se debe comprobar que el
alumnado ha comprendido el vídeo a través de unas preguntas y para finalizar se
realiza una sesión de relajación.
En este apartado Josetxu nos recordó que cuando describamos los
objetivos en nuestra unidad didáctica debemos evitar utilizar términos como
«aprender» o «saber» ya que resultan demasiado amplios y, por tanto,
imprecisos.
Saltamos ahora a la dispositiva 28, donde se encuentran una
serie de pautas, establecidas por profesionales, que pretenden guiar a los
padres sobre los aspectos que deben abordar si sus hijos o hijas han sido
diagnosticados con TDAH. En realidad, tal y como señaló Josetxu, resultan muy
genéricas, es decir, se deben emplear con todos no sólo con aquellos afectados
por el trastorno. Entre esas pautas se encuentra el fomentar las habilidades
sociales, diapositiva 31, Olatz apuntó al respecto que somos seres sociales,
necesitamos esa base para poder desarrollarnos y la escuela suele dar por hecho
que esas habilidades son inherentes y, por tanto, no las trabaja.
Posteriormente se presenta la Asociación de Niños Hiperactivos
del Principado de Asturias (ANHIPA), cuya presidenta Emilia Barrio también ofreció,
en un congreso realizado recientemente en Gijón, una serie de consejos para
padres y docentes, diapositiva 32.
Ya muy justos de tiempo, se nos habla, en la penúltima
diapositiva, de los tres tipos de TDAH, que ya habían sido mencionados al
principio de la exposición: hiperactivo-impulsivo, inatento y combinado.
Por último, se termina con una serie de conclusiones, entre las
que se destaca: que se desconoce la causa de la aparición del TDAH aunque
parece que no existe relación biológica directa, que los tratamientos no
farmacológicos aún están en proceso de investigación por lo cual deben
presentarse con cautela y que la medicación debería ser utilizada con carácter
excepcional debido a sus efectos adversos.
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